El martes por la mañana, Javier Milei recibió uno de los informes económicos que consulta regularmente en su celular. Fausto Spotorno, miembro del consejo de asesores, se lo envió. Los datos revelan una tendencia recurrente en la Argentina. El análisis de las recesiones de los últimos treinta años muestra un patrón: nuestra economía tarda alrededor de 20 meses en recuperarse y volver al nivel inicial. El gráfico indica que, a los 8 o 9 meses, la actividad comienza a repuntar lentamente hasta alcanzar la recuperación completa en 20 meses.
En el ciclo actual, técnicamente, la recesión comenzó en noviembre. El informe ofrece una perspectiva clara sobre nuestro presente y futuro cercano: en los últimos 30 años, nunca ha habido una recuperación en forma de V (una caída rápida seguida de una recuperación igualmente rápida), a excepción de 1998 y 2018. En cambio, el patrón más común es una U, que representa una pausa más prolongada y dolorosa antes de la recuperación.
La buena noticia es que esta tendencia es predecible. Salvo en 1998 y 2018, cuando la economía volvió a entrar en recesión antes de recuperarse, el ciclo ha sido constante. ¿Se repetirá este patrón ahora? Esta es una de las preguntas que más preocupan al presidente.
Milei está menos preocupado por la Ley Bases de lo que podría parecer. Su obsesión es económica. Esta semana, el índice de inflación le permitió cumplir con su objetivo para abril: reducir la inflación a un dígito. Aunque la expectativa era acercarse más al 5% que al 8,8%, este avance es crucial. Sin embargo, los datos macroeconómicos no siempre reflejan la realidad cotidiana de la gente.
En medio de la caída de la actividad económica, el consumo, el colapso de pymes y los aumentos tarifarios, Milei debe defender resultados. La reducción de la inflación es su principal herramienta. En el hotel Alvear, durante el almuerzo del Consejo Interamericano de Comercio y Producción, Milei defendió su plan: “Es insultante decir que no hay plan de estabilización. Si no hay plan, ¿cómo ha bajado la inflación?”.
El Senado empantanado
La Ley Bases, más que el paquete fiscal, es vital económicamente. No solo establece las reglas de su gestión, sino que también es crucial para atraer inversiones. Esta semana, una senadora recibió un mensaje del Gobierno instándola a resolver rápidamente la Ley Bases, advirtiendo que su demora afectará la economía. Anoche, el ministro del Interior trabajaba en la Casa Rosada buscando apoyos para lograr un dictamen favorable la próxima semana.
A pesar de la resistencia del círculo presidencial, tuvieron que sumar a Victoria Villarruel al trabajo en el Senado. Ahora confían en ella para administrar la votación en particular, temiendo una descomposición total de la norma. La mesa chica del Gobierno asume con ironía que Lousteau ya estaba perdido, tras complicarse las gestiones con él.
Macri presidente
Cuando la ley Bases y el paquete fiscal llegaron al Senado, Mauricio Macri sugirió aprobarlas sin discusión en comisión. Sin embargo, Guadalupe Tagliaferri cuestiona artículos sobre el blanqueo, el régimen de inversiones y la intervención del Ejecutivo en organismos.
El expresidente Macri envió ayer un comunicado formalizando su asunción partidaria en el PRO. A su regreso, tuvo una conversación trunca con Santiago Caputo. Macri siente que Milei ya no le presta la misma atención. Mientras tanto, Patricia Bullrich se ha alineado con el acuerdo partidario, aunque sin mucho en común.
Los trapitos al sol en el PJ
El peronismo, al igual que el PRO, está fragmentado. Esta semana, figuras como Máximo Kirchner, Aníbal Fernández y Juanchi Zabaleta criticaron ferozmente. Axel Kicillof se mostró con gobernadores de la oposición, sugiriendo una empatía generacional con mensajes políticos.
Alberto y Scioli frente a frente
Una curiosa escena del posperonismo se dio entre Alberto Fernández y Daniel Scioli en el hotel Casa Lucía. Aliados en el pasado, ahora muestran rencores. Se cruzaron en el hall del hotel sin saludarse. Scioli, ahora funcionario de Milei, afirmó esta semana que el Presidente debería ganar un premio Nobel de Economía.
Protección de testigos
El Programa Nacional de Protección de Testigos alberga a cinco personas que declararon con identidad reservada en un caso judicial que revela irregularidades en los planes sociales y las organizaciones que los gestionan.
Estos testigos, que viven en condiciones precarias, están siendo protegidos tras los allanamientos que revelaron maniobras en comedores sociales y la administración del plan Potenciar Trabajo. La documentación secuestrada incluye planillas detalladas con identidades, montos cobrados y posibles deducciones, así como libros de sanciones y listas de espera para acceder a los planes. La gestión de Alberto Fernández devolvió el poder a las organizaciones sociales para decidir quién accede a los beneficios, evidenciando el grado de corrupción en el sistema.