El Director del Observatorio del Derecho Social de la Universidad Católica Argentina, Agustín Salvia aseguró que en materia de pobreza “lo peor ya pasó”. En declaraciones a Radio Rivadavia el especialista sostuvo que durante el primer trimestre de 2024 la pobreza afectó, en promedio, al 55% de los argentinos. Si bien aclaró que el dato surge de “una simulación” y no de la medición definitiva que realizan en forma anual, consideró que el pico alcanzó en febrero al 58% de la población pero que, a partir de esa fecha, comenzó una tendencia decreciente como resultado de la recomposición parcial de los haberes.
El sociólogo y profesor de Metodología de la Investigación de la UBA aclaró que producto del shock devaluatorio y la alta inflación el fenómeno se acercó pero no alcanzó los niveles récord registrados en 2002 cuando el porcentaje llegó a superar el 60% de la población luego de la salida de la convertibilidad, la declaración de default y la emergencia de la desocupación masiva. Precisamente allí radica la diferencia fundamental entre aquel período y éste en tanto, según la última medición oficial del INDEC, apenas el 5,7% de la población se encontraba en situación de desocupación en el último trimestre de 2023.
Pobreza estructural
Por eso, para Salvia, el principal riesgo en la actualidad es que el fenómeno haya asumido un carácter estructural en tanto, por los altos niveles de informalidad y los bajos salarios, el empleo no resulta una garantía para eludir una situación de pobreza. El especialista señaló que “estos datos dan cuenta de una especie de pobreza natural. No se genera riqueza ni se la distribuye porque no se genera empleo genuino. La pobreza por ingresos correlaciona con el hecho de que el 50% del empleo es no registrado. Sea éste asalariado o no”.
La Argentina indigente
A la vez, el director del Observatorio de la Deuda Social destacó la abrupta irrupción de la indigencia que, estimó, ya afecta al 18% de la población. El valor se encuentra muy por encima de la media que tiende a ubicarse por debajo del 10% y, según el mismo Salvia, representa el doble de lo registrado hace apenas un año y el triple de lo que en promedio se registró “durante los gobiernos de Macri y Cristina cuando estaba debajo del 6%”.
Se trata de las personas que viven en hogares que no reúnen los ingresos necesarios para afrontar el costo de los alimentos capaces de garantizar las calorías necesarias para evitar la desnutrición. | A /