Kicillof en La Plata: “Tenemos una tarea: ganar en septiembre y ganar en octubre”

La jornada en La Plata reúne a funcionarios, intendentes y militancia para que Kicillof muestre fuerza y defina su posición en la interna peronista bonaerense

Buenos AiresREDACCIÓN 4LREDACCIÓN 4L
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Ante más de 40 mil personas y con largas filas de militantes que todavía intentan ingresar al predio de UPCN en La Plata, comenzó el acto. “Hoy estamos en una línea de largada, estamos en un momento fundacional, compañeras y compañeros, hoy nos ponemos en movimiento”, afirmó el gobernador desde el escenario principal, marcando el tono de una jornada cargada de contenido político, militante y programático. “Esto no es solamente un acto. Hoy, a pesar del frío, hicimos un encuentro en el que se discutió de todo en 10 mesas”, sostuvo, y celebró que “reina la alegría” entre los presentes, incluso “a pesar de lo que ocurre en la Argentina”.

En su intervención, Kicillof apuntó con dureza contra el modelo económico de Javier Milei y desarmó el relato oficial sobre una supuesta recuperación. “No tengo que decirles lo que pasa porque lo viven y lo sufren todos los días, pero hay que hacer aclaraciones”, advirtió. “Muchos dicen que este gobierno está funcionando, que Milei está ordenando la macroeconomía. Pero esto no es ni novedoso ni original: es la continuidad del modelo de Martínez de Hoz, de Cavallo y de Macri”, denunció el gobernador.

Frente a una multitud que lo escuchaba en silencio, enumeró los impactos concretos del ajuste: “Planchan el dólar, reprimen salarios, destruyen la industria, aplican tarifazos y desregulan mercados. La baja de inflación se explica por un dólar planchado y salarios destrozados: el mínimo cayó 32%, las jubilaciones un 17%, y se perdieron 152 mil puestos de trabajo registrados”. Cerró ese tramo con una definición categórica: “Milei le declaró la guerra al pequeño productor, al trabajo nacional, al comerciante, a la pyme. Le declaró la guerra al pueblo que labura”.

Kicillof también cuestionó con fuerza el endeudamiento y el vínculo del gobierno nacional con los mercados financieros. “Este modelo solo cierra con deuda, y así lo vimos ir a pedir prácticamente de rodillas un crédito al Fondo Monetario Internacional”, lanzó, y advirtió: “Nunca el FMI trajo buenas noticias a la Argentina. Es Fondo Monetario o pueblo”.

En la misma línea, criticó la reciente colocación de un bono en dólares que luego se paga en pesos: “Festejaron con desvergüenza haber emitido por mil millones de dólares con una tasa de interés infinitamente grande. Eso no es estabilidad, eso es bicicleta financiera y especulación”. Según el mandatario bonaerense, esa dinámica concentra los recursos en los sectores más concentrados: “Ahí va lo que le falta al jubilado, al estudiante y al laburante. No es un problema de ajuste para todos, es mentira que no hay plata. Para la timba y los bonos siempre hay plata”. Y cerró con una denuncia directa: “No es ajuste, es transferencia. Le sacan al pueblo para darle a la timba y a las corporaciones”.

En otro tramo de su discurso, el gobernador desarmó el concepto de “libertad” que impulsa el oficialismo nacional y lo contrastó con la realidad social y económica que atraviesa el país. “¿De qué libertad nos hablan si a los pibes les están desfinanciando la educación y quieren cerrar la universidad pública?”, cuestionó. “¿Qué libertad tiene un trabajador que no puede llegar a fin de mes y está con miedo a perder el trabajo? ¿Qué libertad tiene un pueblo que empieza a ver que esto nada le sirve y que nada le queda?”, insistió ante una multitud que respondió con aplausos.

Para Kicillof, el modelo de Milei solo garantiza privilegios: “Eso es libertad solamente para el que tiene los recursos, para la prepaga, para el colegio privado. Y eso no se llama libertad, eso es exclusión, eso se llama desigualdad”. Con una definición tajante, remarcó: “Sin oportunidades no hay libertad”.

Kicillof también destacó el esfuerzo de la provincia para sostener la gestión pese al desfinanciamiento nacional. “Dijimos que con las políticas que venían teníamos que ser escudo y red para cuidar a nuestro pueblo y ahí estamos, con lo que podemos y como podemos”, aseguró. En ese sentido, denunció que “Milei paralizó todas las obras: de agua, de cloaca, de ruta, de vivienda. Cortó y paró todo”.

Y contrapuso: “En la provincia de Buenos Aires no se paró ni una obra. Hasta terminamos las que no eran nuestras, mientras Milei le saca los remedios a los jubilados”. Como ejemplo, el mandatario bonaerense mencionó la situación del sistema de salud: “El otro día veíamos la histórica resistencia que emociona mucho de los trabajadores y trabajadoras del Garrahan, pero mientras observábamos eso, estábamos abriendo un nuevo hospitalito, ampliando las terapias e internaciones de los hospitales”. Y remató: “186 nuevos centros de salud abrimos en la Provincia”.

Kicillof volvió a cargar contra las políticas económicas del gobierno nacional y cuestionó el relato oficial: “No hay orden en una economía en la que no se llega a fin de mes y hay temor a perder el empleo. No hay equilibrio si los jubilados no pueden comprarse los remedios y si se reprime al que piensa distinto. Eso es explotación, saqueo y robo al que labura”. Afirmó que en la provincia de Buenos Aires “nos oponemos dando la discusión, pero también con una gestión y con un Estado presente que no le suelta la mano a los bonaerenses y que todos los días sigue construyendo derechos”.

También hizo referencia al clima social y a la estrategia comunicacional del oficialismo nacional: “Estamos en un momento en el que vivimos bombardeados por el odio y la crueldad. Sepan que este es un pueblo solidario: no nos van a ganar con el discurso de la indiferencia y el egoísmo”. En esa línea, aseguró que su espacio “nunca va a responder de la misma manera” y reafirmó que “desde acá explicamos qué país y provincia queremos con paciencia, con amor, porque sabemos que para vencer hay que buscar a todos”.

En uno de los momentos más encendidos de su discurso, Kicillof también se refirió a la situación judicial de la expresidenta: “Sin una prueba quieren condenar a Cristina. El peronismo sufrió persecución muchas veces, sabemos que es para disciplinar a los que luchan y representan. Basta de persecución y partido judicial”, exclamó ante una multitud que acompañó con aplausos.

 

Refiriéndose de manera sutil a las internas dentro del peronismo, Kicillof planteó la necesidad de unidad y amplitud para enfrentar al verdadero adversario. “Lo que necesitamos era un movimiento con los brazos abiertos, nace hoy el MDF, nace el Movimiento Derecho al Futuro”, afirmó. Y citando al general Perón, recordó que “el movimiento jamás fue excluyente, jamás fue sectario”. Luego, marcó el enemigo común: “El único adversario que tenemos es Milei, está afuera, no adentro”. En ese sentido, subrayó la importancia de la comunicación directa con la ciudadanía: “Lo que tenemos que hacer es hablarle al pueblo y a la gente, no hablar entre los dirigentes. No podemos distraernos. Hay que buscar a los decepcionados”. Por último, hizo un llamado claro de cara a las elecciones: “En las elecciones tenemos una misión, ganar en septiembre y ganar en octubre, y para eso convocamos a todos los sectores a conformar un gran frente bonaerense”.

Reconociendo la dificultad del escenario electoral, recordó que “estas elecciones legislativas sabemos que son difíciles: hace 20 años que el peronismo no gana las elecciones intermedias”.

 Finalmente, lanzó una advertencia contundente sobre lo que está en juego: “Si Milei gana va a acelerar. Lo que está en juego acá es que la motosierra no cruce la General Paz, que no entre a la Provincia de Buenos Aires”. Por eso, convocó a “todos los sectores a formar un gran frente bonaerense por la salud, la educación, la seguridad, la producción y el trabajo. Un frente de la provincia para la provincia. Tenemos que sumar a todos para decirle a la historia que por acá no pasó la motosierra, que acá hay otro camino”.

La jornada, que contó con diez comisiones temáticas y un armado que busca exhibir volumen político propio, cobra especial relevancia en el marco de las tensiones cada vez más visibles dentro de Unión por la Patria. No solo se espera una masiva participación de funcionarios bonaerenses, intendentes e integrantes del Movimiento Derecho al Futuro, sino también una toma de posición pública de Kicillof frente a los desafíos electorales y las disputas internas que sacuden al peronismo.

El kirchnerismo duro, mientras tanto, parece haber elegido otro camino. En paralelo al acto en La Plata, desplegó una nueva tanda de cartelería en distritos del conurbano para impulsar una eventual candidatura de Cristina Kirchner por la Tercera Sección.

Cristina, en su última aparición en CABA, dejó en claro sus diferencias con el espacio del gobernador al afirmar que “hay que dejar de ser militantes electorales para volver a ser militantes políticos”. Una definición que fue leída como un reproche directo al perfil de gestión que sostiene Kicillof, cada vez más alejado de la conducción de CFK y más volcado a consolidar su propio capital político.

Entre los organizadores y coordinadores del plenario no figura ningún dirigente referenciado directamente con la expresidenta, lo que confirma la ausencia del kirchnerismo en el evento. Por el contrario, todo indica que el gobernador apuesta a un armado autónomo, con identidad propia, que combine la gestión con el despliegue territorial y militante.

Las diez comisiones previstas (que van desde economía, producción, salud, educación y seguridad hasta cultura, ciencia y derechos humanos) estarán integradas por figuras clave del gabinete bonaerense, legisladores, intendentes y referentes de organizaciones sociales y sindicales. Entre los nombres destacados se encuentran Pablo López, Cecilia Todesca, Augusto Costa, Silvina Batakis, Daniel Gollán, Victoria Tolosa Paz, Carlos Bianco, Ana Franchi, Victoria Montenegro, Alejandro Apo y Jorge Elbaum, entre otros.

El trasfondo político: interna, estrategia y disputa por la centralidad
El acto de Kicillof en La Plata no solo es el punto de partida de una campaña, sino también una demostración de fuerza ante los sectores que buscan condicionarlo o desplazarlo dentro del armado electoral. La ausencia del kirchnerismo no es un dato menor, sino un síntoma de la puja por la conducción del peronismo bonaerense. En este contexto, el gobernador juega sus cartas: consolidar su espacio, evitar quedar atrapado entre la inercia del pasado y las presiones del presente, y construir una proyección que lo trascienda.

Mientras tanto, los carteles con la cara de CFK en el conurbano reaparecen como una advertencia: si el peronismo no logra resolver sus diferencias, la fragmentación puede debilitar su competitividad en los comicios de septiembre. Más aún, cuando se acelera el cierre de una posible alianza entre La Libertad Avanza y el PRO en territorio bonaerense, un pacto que busca traducir el acuerdo nacional en una fórmula común para disputar la provincia. La pregunta que sobrevuela el plenario de La Plata no es solo qué dirá Kicillof, sino cómo lo dirá y a quiénes se dirigirá.

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