Argentina, campeona de presión fiscal: el contribuyente paga impuestos provinciales más tasas municipales

Se contabilizan 85 tasas municipales. El 35% genera doble imposición con ingresos brutos, entre ellas, la de seguridad e higiene

Economía10/12/2025REDACCIÓN 4LREDACCIÓN 4L
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Argentina tiene bien ganado otro título mundial: el de la presión fiscal sobre el sector formal, a nivel nacional y subnacional, entre 30 países de OCDE.

Pero además ostenta otro galardón: es el único donde la tasa municipal es tan gravosa como el impuesto provincial: tanto ingresos brutos como la tasa de seguridad e higiene se calculan sobre los ingresos del contribuyente.

Focus Market, dirigida por Damián Di Pace, calculó, sobre la base de datos de la UIA, 85 tasas municipales que los contribuyentes tienen que pagar dentro de la jurisdicción donde residen, superpuestas, en muchos casos, con impuestos de la provincia a la que pertenece.

Así es como 35% generan doble imposición con IIBB (ingresos brutos).

Los industriales, según la consultora vinculada a la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), pagan promedio 7,4 tasas.

En el desglose muestra que en cada municipio se pagan 1,4 tasas y en más de 30 se tributan 2 o más, pero más grave aún es que 81% no tienen contraprestación de servicios y que en el 51% no guardan proporción con los servicios recibidos.

Las provincias con más tasas municipales por empresa son: Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, Misiones, Jujuy, Catamarca, Córdoba, Santa Fe y Corrientes.   
 
Hay tasas como la de combustibles, donde en el Gran Buenos Aires la cobran 20 municipios.

Pero por fuera se aplica en al menos 89 municipios más:  Junín, Chivilcoy, Castelli, Marcos Paz , General Rodríguez , Luján, San Vicente, Rojas, Salto, Bragado, Alberti, Carmen de Areco, Ramallo, General San Martín; Pinamar , Mar del Plata, Campana y otros en regiones costeras o rurales. 

 
   
Mensaje de la CAC
Con estos números a la vista, la CAC exhortó a las jurisdicciones subnacionales a evitar nuevos incrementos tributarios y a revertir los recientemente dispuestos; a la par que las convocó a maximizar sus esfuerzos en materia de eficientización del gasto y combate a la evasión, a fin de permitir una progresiva reducción de la carga, en línea con lo dispuesto por el Gobierno Central.

De este modo, aduce, se generará un entorno más favorable para la inversión, la generación de empleo privado y el crecimiento del valor agregado de las empresas, elementos indispensables del progreso económico y social que ansiamos para nuestro país.

En ese sentido, la entidad manifestó su rechazo al incremento de la presión impositiva que están llevando a cabo diversas jurisdicciones subnacionales.

Si bien en días recientes cobró notoriedad pública la desmesurada “Tasa de Protección Ambiental” dispuesta por el Municipio de Pilar —que en algunos casos alcanza al 2% de la facturación de los comercios—, la CAC advierte que la voracidad fiscal lamentablemente es un fenómeno por demás extendido, que perjudica la actividad económica a lo largo y a lo ancho de la Argentina.

Días pasados, la sucursal Lanús de la cadena Changomás incorporó en los tickets la incidencia en los precios del aumento del 3,3% en la tasa de seguridad e higiene que aplicó el municipio.     
 
Informalidad
La entidad gremial empresaria denunció la existencia simultánea de una porción significativa de la economía nacional que opera en la informalidad, la cual agrava la situación del contribuyente cumplidor, haciendo que en no pocos casos las actividades productivas se vuelvan inviables, con los consiguientes efectos adversos sobre las empresas y los puestos de trabajo que estas generan. 

“Huelga señalar que esta asfixia más pronto que tarde acaba por erosionar los propios ingresos fiscales que pretendía acrecentar, en un desgraciado círculo vicioso de empobrecimiento colectivo”, sostiene.

Finalmente, indica que “desde su asunción hace dos años, la administración nacional viene efectuando sucesivas reducciones de la carga impositiva, a través de la eliminación o baja de diversos impuestos”. 

Agrega que se trata de un proceso necesariamente paulatino —a fin de no poner en riesgo el equilibrio fiscal, pilar insustituible de la estabilidad macroeconómica—, pero que felizmente se está ejecutando sin pausa. 

El reciente anuncio de baja de derechos de exportación a ciertos productos agrícolas es un nuevo paso en dicha dirección.

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