El destino de los dólares

En las entidades bancarias se sorprendieron con la fuerte reducción del gasto

Economía..
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"Terminó la primera etapa. Ahora es necesario un relanzamiento", comentó el economista principal de uno de los principales bancos argentinos por la mañana. En esa entidad financiera, anticipan una aceleración del crawling peg -microdevaluaciones- a partir del tercer trimestre y proyectan el dólar oficial en $1350 para fin de año, con un levantamiento parcial del cepo cambiario. Si no hay una reformulación del esquema monetario y cambiario, que en el banco anticipaban para el próximo mes pero que estiman que el Gobierno mantendrá durante la cosecha, el mercado podría ser el encargado de realizar los ajustes. Y como se sabe, el mercado es desordenado.

"Cuando el río suena...", afirmó otro economista principal de otro gran actor bancario en el país, que por la tarde había dado una charla para clientes brasileños. "¿Adivina qué me preguntaron?", dijo respecto a las dudas sobre el dólar. En esa entidad internacional proyectan un dólar oficial a $1600. "Lo vamos a revisar a la baja", recalculó. "El encargado de la política siempre dice que no va a devaluar, pero cuando comienzan a verse viajes de compras a Chile...", ironiza sobre el atraso cambiario, que estima en un 7%.

Entre café, jugo de naranja, algún scone de queso y medialunas en un encuentro cerrado para algunos pocos, el primer experto es muy optimista. "Están ganando la batalla", concluyó, sorprendido por la convicción del Gobierno de enfrentar lo que, según él, es el principal problema argentino: el fiscal.

Celebró el sinceramiento de la inflación reprimida -liquidación de Leliqs y pases, aumento del tipo de cambio, cambio de tarifas- y el apretón fiscal-monetario. Sin embargo, ve más dificultades en el plano estructural, es decir, en las reformas para mejorar la competitividad de la economía. Aunque afirma que esos cambios pueden esperar hasta 2025 y que la sola estabilización económica -más reservas, menos brecha y disminución de la inflación- ya puede comenzar a dar algunos resultados para impulsar la actividad.

Su colega es más pesimista. Señala que la productividad argentina "es una porquería". Es lo que llevará, concuerda, a un cambio necesario en el régimen monetario después de la cosecha gruesa. "Quizás un crawling más rápido en el marco de un plan. Si no, esto [el tipo de cambio] afectará tu cuenta corriente y el mercado se pondrá nervioso", añade.

Para el primer experto, la inflación núcleo llegaría al 7% este mes (casi dos puntos por debajo de la de marzo) y prevé un aumento para este año del 179%, por debajo del dejado por Alberto Fernández (211%), pero ligeramente por encima del calculado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), del 150%. El primer dato mensual de un solo dígito llegará después del impacto de los fuertes aumentos tarifarios de abril, posiblemente en mayo o junio, estima. El Ministerio de Economía aún confía en que abril tenga un nivel general de un solo dígito, tal como preveía el ministro Luis Caputo en diciembre.

Ambos colegas coinciden en que el cambio del esquema cambiario debe hacerse en el marco de un plan de segunda generación para hacer sostenible en el tiempo el ajuste. "No se puede paralizar la obra pública para siempre", afirman. Se profundizará la quita de subsidios y deberán ganar protagonismo nuevos ingresos (moratoria, blanqueo, Ganancias y ¿retenciones?).

El nuevo esquema cambiario no tendrá un traslado automático a los precios, estiman, porque, después de la reacción excesiva de los precios, hay oportunidades para reducir márgenes, especialmente cuando no hay pesos y el PBI caería un 4% (más del 2,8% previsto por el FMI).

La posibilidad de postergar la modificación del actual régimen cambiario de transición depende de sumar nuevos dólares, ya sea del FMI o de inversiones. Cerca de Caputo, que viajaba el martes por la noche a Washington, siguen diciendo que esa posibilidad está en duda. La segunda depende del Congreso y del régimen para grandes inversiones en la ley de Bases (que podrían atraer desembolsos rápidos de grandes jugadores) y de que la estabilidad macro se mantenga. En 2025 habrá que pagar US$8000 millones de vencimientos de deuda: esa estabilidad deberá devolver a la Argentina a los mercados de crédito. Las acciones y bonos son un tema que preocupa a un trader como Caputo, cuando observa el impacto de un conflicto en Medio Oriente. "La información indica que no empeorará, pero obviamente puede cambiar. Veremos...", dicen en el quinto piso de Economía.

¿Y la dolarización? Fue un tema que alguna vez preocupó mucho a los bancos, tanto como la posibilidad de un Plan Bonex para desarmar la bola de Leliqs. "Está descartada", afirman en el banco mientras sirven otro café para el desayuno. "Pasó el momento", agregan.

Mientras tanto, surgen dudas en el ámbito empresarial sobre la relación entre el Gobierno y el sector privado. Javier Milei, que desestimó el año pasado a IDEA e ignoró a Cippec, hablará nuevamente el viernes al cierre en el Llao Llao. Su cercanía con Eduardo Elsztain influye. Esta buena sintonía no es con todos. Daniel Funes de Rioja terminó fuera de la Copal (alimentos) y Claudio Belocop

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