Masiva marcha en defensa de la universidad pública
Cientos de miles de manifestantes, muchos de ellos con libros en sus manos, colmaron las calles del centro de Buenos Aires y de las principales ciudades de todo el país.
Actualidad.Una masiva manifestación, integrada por estudiantes, docentes, autoridades universitarias, y respaldada por instituciones privadas, alumnos de escuelas secundarias, sindicatos, organizaciones sociales y defensoras de los derechos humanos, marchó en Buenos Aires desde el Congreso Nacional hasta la Plaza de Mayo. La protesta exigió al Gobierno del presidente Javier Milei un presupuesto para el sistema universitario, la ciencia y la tecnología que se ajuste a la inflación anual, cercana al 290%, y un aumento salarial para los trabajadores del sector, quienes en solo cuatro meses del año han experimentado una pérdida del poder adquisitivo superior al 50%.
Bajo la consigna "En defensa de la universidad pública argentina", la movilización reunió a una multitud que, según la Universidad de Buenos Aires, superó las 800.000 personas solo en la Ciudad, y alcanzó más de un millón en todo el país. Esta protesta se convirtió en una expresión de descontento frente a la política educativa adoptada por el presidente Milei desde que asumió el cargo en diciembre pasado. Durante su campaña electoral, Milei había criticado duramente el funcionamiento de las universidades nacionales, su financiamiento y lo que llamó "adoctrinamiento político" en las aulas.
La marcha comenzó alrededor de las 14.30 y finalizó pasadas las 18, cuando se entonó el Himno Nacional Argentino en la Plaza de Mayo. Rectores universitarios, líderes gremiales de la educación, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y la madre de Plaza de Mayo Taty Almeida pronunciaron discursos en un escenario instalado frente al Cabildo. Pérez Esquivel afirmó: "Defendemos la universidad pública, libre y gratuita, una de las grandes conquistas de nuestro pueblo a la que no vamos a renunciar".
Antes de concluir el acto, se leyó un documento firmado por el Frente Sindical de Universidades Nacionales, la Federación Universitaria Argentina (FUA) y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que llamaba a la ciudadanía a sostener las universidades abiertas, realizando docencia, investigación y extensión.
Durante la marcha, cientos de miles de personas expresaron su apoyo a la universidad pública, sosteniendo pancartas y coreando consignas como "Universidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode". La manifestación, que también contó con la participación de estudiantes secundarios, cuestionó la política del Gobierno de "achicar el sistema universitario público con políticas privatizadoras".
Las universidades nacionales enfrentan el nivel más bajo de financiación en más de 27 años, según un informe de la ONG Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ). Además, la ejecución presupuestaria del primer trimestre de 2024 reflejó una reducción del 34% frente al mismo período de 2023.
La movilización tuvo como objetivo detener lo que los manifestantes consideran un plan sistemático de destrucción de la educación y la salud pública, así como de las jubilaciones. Según Flavio Durante, profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA), la marcha fue más allá de las consignas habituales y buscó oponerse al cambio de paradigma que, según él, se está intentando imponer desde el Gobierno.
Gabriela Linardo, maestra y psicopedagoga en una escuela primaria bonaerense, sostuvo que el recorte presupuestario implementado por el Gobierno demuestra un desprecio hacia la educación pública y gratuita.
Miranda Mongiano, egresada de una escuela secundaria dependiente de la UBA y estudiante del Ciclo Básico Común (CBC), señaló que la educación pública propicia igualdad de condiciones para todos los estudiantes, independientemente de su nacionalidad.
Además del reclamo por un presupuesto acorde a la inflación y el aumento de los salarios para los trabajadores del sector, la marcha exigió la revalorización de las becas Progresar y Manuel Belgrano, así como la sostenibilidad del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) para evitar la fuga de científicos hacia otros países en busca de mejores oportunidades laborales y de investigación.
El Gobierno ha reducido el presupuesto para la educación superior, suspendido la implementación de programas