La Unión Industrial Argentina (UIA) hay preocupación por la posibilidad de que el gobierno avance durante el próximo verano en cortes programados de electricidad a grandes fábricas para mitigar el riesgo de apagones masivos en los hogares, en medio de la caída de ventas y de producción que afronta el sector. En la entidad fabril piden articular un comité de crisis con la Secretaría de Energía para coordinar las interrupciones de suministro con las paradas que suelen hacer las empresas por vacaciones, mantenimiento o adecuación de líneas.
El presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, dijo a Infobae que este tema formará parte de la reunión de Junta Directiva que realizarán este martes las autoridades de la entidad. Allí se buscará comenzar a delinear un mapa con las grandes plantas que podrían quedar afectadas y un plan de acción de contingencia para “colaborar” con el gobierno en los momentos de consumo “pico”.
“Desde hace algunas semanas que nuestros técnicos se reúnen con funcionarios del área energética para conversar sobre los problemas que podemos tener en verano. Quisiéramos formar parte de un comité de crisis para armar planes de cortes”, explicó el titular de la casa fabril.
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“Si las interrupciones se dan en diciembre es una catástrofe. Pero si es en enero, febrero o marzo se puede administrar con las paradas técnicas por vacaciones o mantenimiento. Cuánto más previsión tengamos, mejor”, sostuvo.
Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA (EFE)
Funes de Rioja recordó que durante el verano de 2022 el sector fabril se había puesto a disposición del entonces gobierno de Alberto Fernández para reducir el consumo eléctrico en horas pico, en medio de lo que fue una crisis de cortes que afectaron a cientos de miles de usuarios residenciales en todo el país y, fundamentalmente, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). En 2023, recordó, la crisis no llegó a implicar la colaboración de la industria.
Que una de las alternativas del gobierno para mitigar los faltantes en generación para cubrir los picos de demanda que se esperan el próximo verano sea interrumpir el servicio en grandes usuarios genera preocupación entre los empresarios. Coincide en un momento de crisis en las ventas y, en consecuencia, en la producción.
Según los últimos datos de la UIA, la producción industrial acumula hasta julio 14 meses consecutivos de caídas interanuales y un desplome del 12,8% en el acumulado del 2024 respecto al mismo período del año pasado. La última encuesta de la entidad sobre 1.200 compañías arrojó que para el 69% de las empresas, la utilización de la capacidad instalada en julio fue menor a la considerada como óptima. La mayoría, 55,7%, espera recuperar niveles adecuados recién a partir de la segunda mitad de 2025.
Pocos días después de que en Bahía Blanca, el miércoles pasado, Daniel González, el secretario de Coordinación de Energía y Minería del gobierno, reconociera que en el próximo verano el sistema eléctrico enfrentaría desafíos pero no habría cortes programados, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dijo, por el contrario, que los habrá, pues se prevé un verano caluroso y de alta demanda, a lo que se sumará la parada, a partir del próximo lunes y por cerca de dos años, de la central nuclear Atucha I, que aporta 362 MW al sistema eléctrico nacional.
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“Se supone que si viene un verano de mucha temperatura puede haber una demanda muy alta de electricidad y con lo cual va a faltar generación y lamentablemente no ha habido inversiones en estos últimos tiempos, va a tener que programarse algún corte, sobre todo hacer algunos acuerdos con los sectores industriales”, dijo Francos en una entrevista radial en la que responsabilizó al kirchnerismo por la falta de inversión y el fuerte retraso tarifario acumulado, que el gobierno busca revertir.
Por eso la Secretaría de Energía trabaja en un “Programa de Emergencia Verano 2024-2025″ a plasmarse en una resolución a cuyo borrador accedió Infobae. El objetivo, dice, es “evitar, reducir o mitigar la crítica condición de abastecimiento de energía para el período estival 2024/2025, que comprende las acciones propias que implementará esta Secretaría de Energía en los segmentos de generación, transporte y distribución”
Incluye también “un mecanismo que contemple un adecuado incentivo a la instalación de sistemas de control y/o compensación con el fin de evitar colapsos de tensión” y en el caso de las distribuidoras “que cuenten con medidores inteligentes instalados en sus redes y/u otro mecanismo que permita su adecuado control y fiscalización, se incluirán mecanismos que estimulen el ofrecimiento a Cammesa de reducciones programadas de cargas de sus usuarios no residenciales, la que será remunerada de acuerdo a su contribución de energía al sistema”.
Ese mecanismo de reducción de cargas apuntará a los Grandes Usuarios Mayores (GUMAS), Grandes Usuarios Menores (GUMES) y Grandes Usuarios del Distribuidor (GUDIs), a instrumentarse con participación de Comercializadores del Mercado Mayorista o Distribuidoras “que actúen como agregadores de ofertas de reducción de carga a precio”. En otras palabras, el gobierno está dispuesto a acordar con los grandes usuarios y consumidores de energía remunerarles su reducción de consumo para reducir la posibilidad y cantidad de cortes en el consumo residencial.