QUEDÓ INAUGURADA LA MUESTRA DE ARTE “JUBILANDIA. NO FUE CUENTO NI FUE MAGIA”

Buenos Aires..

 

Berenguer eligió poner en valor las políticas públicas de desarrollo humano a través del fomento del turismo para personas adultas mayores de los gobiernos peronistas. Lo que se denominó «Turismo Social» se plasmó a partir de la construcción realizada a través de la Fundación Eva Perón del complejo de Chapadmalal, entre otros. Esta política tomó nuevo impulso en 2009 con el programa «Vamos de Paseo – Turismo para jubilados» creado bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.

«En un acto de defensa de la cultura, del arte, estamos poniendo en valor la defensa de los derechos de nuestras personas mayores» sostuvo Recalde sobre la exhibición. «Para nosotros es muy importante poder plasmar estos derechos. Porque el ocio, la recreación, poder viajar, poder comprar algo a los nietos, que el jubilado disponga de lo que quiera hacer después de una vida de tanto esfuerzo, es un derecho» aseveró la legisladora. «Lo que está plasmando en esta obra son los hoteles de Chapadmalal que se hicieron justamente para esto, para la recreación de las personas mayores y de los hijos de los trabajadores y trabajadoras argentinas», recordó.

De estas experiencias quedan cientos de anécdotas e imágenes de todos aquellos que pudieron disfrutar de estos paseos, que han dejado su huella en la memoria de nuestro país. A partir de ahí, Pablo Berenguer construye esta “Jubilandia”, una muestra inédita que visibiliza de manera sensible una parte de nuestra historia cotidiana.

Berenguer, quien es reconocido por su obra figurativa y se dedica a la producción y enseñanza en su taller personal y en barrios populares de su distrito, contó que fue la diputada la que lo impulsó a pintar los bocetos que, a lo largo de los años, había ido acumulando de sus vacaciones. «Me dijo ‘tenés que hacer algo con esto, lo tiene que ver la gente’ y así surgieron estas imágenes que yo había visto, había vivido con los jubilados que invadían las playas» relató.

«En este contexto, con lo que está pasando con los jubilados, esto es como una trinchera de resistencia y también sirve para rememorar lo que algunos olvidaron, o para los más jovencitos que no saben que esto pasó» confía. «Esto (el turismo social) tiene que volver, es una utopia que ocurrió, y si pasó, tiene que volver a pasar» se ilusiona.

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