La frase "No hay plata" pronunciada por el presidente Javier Milei ha sentado las bases para justificar un plan de ajuste en las cuentas públicas y ha permeado los hábitos de consumo de una clase media que enfrenta una crisis sin precedentes.
Aunque los especialistas consultados por Cuatro Lineas aseguran que la clase media no ha desaparecido, reconocen que ha habido recortes en sus conductas y una resistencia por mantener su identidad y algunas prácticas.
Guillermo Oliveto, economista especialista en consumo, destaca que el concepto de comprar lo justo y necesario se ha vuelto transversal a todas las clases sociales. Esto se refleja en una retracción del consumo en varios sectores, como supermercados, farmacias, shoppings y electrodomésticos.
Para la clase media-alta, mantener servicios privados como la prepaga, el colegio y el uso del auto es prioritario, mientras que la clase media-baja trata de sostener la compra de alimentos, útiles escolares y conectividad.
Los recortes de la clase media para atravesar la crisis económica. (Foto: Consultora Moiguer)
Los cambios en los hábitos de consumo incluyen ajustes en salidas, turismo, indumentaria y migración hacia marcas más económicas, así como una reducción en el consumo de alimentos y una reutilización de materiales escolares y uniformes del año anterior.
La crisis también se refleja en la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos. Según Agustín Lodola (economista), los ingresos de la clase media han aumentado, pero no lo suficiente para mantener el ritmo de inflación, lo que ha llevado a una disminución en la capacidad de compra.
Esta crisis se considera inédita debido a la profundidad del ajuste y la rapidez con la que ha obligado a modificar hábitos. Sin embargo, muchos respaldan estas medidas con la esperanza de un futuro mejor. A pesar de ello, los expertos advierten que la "recesión con ilusión" no es sostenible a largo plazo y que la verdadera reconversión de la clase media aún está por verse.