La pantalla del televisor en Casa Rosada mostraba a Sergio Massa y Malena Galmarini, avanzando en una columna hacia Plaza de Mayo, punto central de la marcha federal universitaria. Esta imagen fue interpretada por el oficialismo como una "marcha política opositora", en la más masiva desde la llegada del presidente Javier Milei en diciembre pasado.
Durante la jornada de la marcha, la Casa Rosada quedó prácticamente vacía alrededor de las 17 horas, momento en que las primeras columnas llegaban a la plaza. A esa hora, se permitió al personal abandonar el lugar. El propio presidente Milei, después de participar en la reunión de Gabinete, partió rumbo a Olivos alrededor de las 16 horas.
A pesar de las imágenes multitudinarias, desde el círculo cercano al presidente afirmaban que la marcha no cambiaría nada: "Nos importa un pito". Argumentaban que el tema universitario ya estaba resuelto con el aumento del presupuesto, alcanzando el 160% del incremento inflacionario del último año. Señalaban que el foco de atención durante la jornada fue la seguridad y que flexibilizaron el protocolo para evitar cualquier incidente.
Desde el entorno del presidente, consideraban que la marcha estaba motivada por la "vieja política", destacando la presencia de Sergio Massa, quien había congelado el presupuesto universitario en el pasado. Argumentaban que el número de asistentes no era representativo del país y que la marcha estaba conformada principalmente por grupos políticos y sindicales, más que por jóvenes.
Según ellos, la marcha era una defensa de privilegios, y criticaban la presencia de banderas políticas anticuadas. Desde la administración libertaria, se desvinculaban de la marcha, afirmando que no eran el macrismo y que la protesta no afectaba al gobierno.
Mientras tanto, en Olivos, el presidente Milei retuiteaba mensajes relacionados con la marcha y compartía opiniones que minimizaban su importancia, haciendo hincapié en el apoyo recibido en las elecciones.