En mayo, la actividad de la industria frigorífica mejoró con relación a abril, pero se mantuvo bien por debajo del nivel registrado en 2023.
El consumo de carne vacuna por habitante fue el equivalente a 44 kilos de enero a mayo, quedando 15,9% por debajo (8,3 kilos) del promedio correspondiente al mismo período de 2023. A su vez, fue el peor de los últimos 14 años analizados por la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).
El consumo de carne vacuna cae 15,9% en lo que va del año y le pone un freno a la inflación en el mostrador
Asimismo, el volumen demandado habría sido de 860,1 mil toneladas de res con hueso, ubicándose 14,9% por debajo (151 mil toneladas) del registro correspondiente al mismo lapso de 2023.
“Dejando de lado a los primeros 5 meses de 2020, esta fue la menor cantidad de las últimas tres décadas”, indicó el reporte.
En tanto, durante mayo se faenaron 1,168 millones de cabezas de hacienda vacuna. En relación a abril del corriente año, la actividad sectorial resultó 1,8% mayor, corrigiendo la serie por el número de días laborables.
Fue la segunda mejora tras el bajo nivel de actividad registrado en marzo pasado. No obstante, en la comparación con el mismo período del año anterior, la faena vacuna continuó siendo muy inferior por sexto mes consecutivo.
En esta oportunidad, la caída fue de 9,3% anual, que llega al 11,2% cuando se corrige la serie por el número de días laborables. Puesto en términos absolutos, se enviaron a faena 119,63 mil cabezas menos que en mayo del año pasado, producto de los factores señalados anteriormente.
El precio de la carne vacuna se mantiene por debajo de la inflación
En lo que respecta a la dinámica de los precios al consumidor, en mayo el capítulo alimentos y bebidas no alcohólicas subió a una velocidad levemente superior a la del nivel general (5,4% vs. 4,3%), producto de la fuerte suba de los precios (estacionales) de las verduras, tubérculos y legumbres.
El precio promedio de los alimentos volvió a subir en promedio 6% mensual y el de las bebidas no alcohólicas aumentó sólo 1,2%.
Al igual que en el caso del nivel general del IPC-GBA, el precio promedio de los alimentos y bebidas no alcohólicas exhibió una leve desaceleración en la velocidad de crecimiento interanual y quedó en 296,6%. En el caso del rubro ‘carnes y derivados’, la variación del precio promedio continuó siendo de las más bajas, con un alza de 2,5% mensual.
En particular, en mayo fue el precio del pollo entero el que menos aumentó, al ubicarse 1,3% por encima del promedio de abril. Pero el valor de los cortes vacunos relevados por el INDEC también contribuyó a la desaceleración del rubro ‘carnes y derivados’, si bien en menor medida que en meses previos, con un alza de 2,4% mensual.
Por último, al comparar los precios de mayo de 2024 con los de 2023, surge que en el caso de los cortes vacunos el alza fue de 283,9%. El máximo correspondió a la carne picada común, cuyo precio subió 307,8% en los últimos doce meses, y el mínimo al asado, con un incremento de 259,7% interanual.
Nuevamente, el aumento de precios de los cortes vacunos fue inferior respecto de la suba del valor promedio de la hacienda en pie (297,2% anual) y también en relación al nivel general de precios al consumidor, que fue del 278,9%.
“Tal como lo señalamos en informes anteriores, que la suba en el mostrador de las carnicerías se haya mantenido por debajo del ritmo de incremento del valor del kilo vivo y del nivel general del IPC, se explica por la significativa contracción que registró el poder adquisitivo de las familias en el último año, que llevó al desplome del consumo per cápita de carne vacuna”, analizó el informe.