Sigue la inquietud, a solo nueve ruedas del pago a los bonistas

Economía Luis Varela
JMilei24


 
Finalmente, increíble, llegó el último viernes de 2026. Y Argentina vive, desde el punto de vista financiero, un verdadero tiempo de descuento, ya que faltan apenas nueve días hábiles para que el Gobierno tenga que pagar a los bonistas los US$ 4.300 millones por cupones y amortización de Bonares y Globales el próximo 9 de enero.

La situación es de inquietud, porque la negociación por el Repo con los cinco bancos internacionales (JP Morgan, Citi, Santander, Goldman Sachs y Bank of America) viene demorada. 

En medio de esa tensa espera, el Gobierno centra su atención en la negociación en el Congreso, para que se apruebe sin cambios (para que no vuelva a Diputados) el Presupuesto 2026 y el proyecto de Inocencia Fiscal, para ver si los argentinos que tienen más de US$ 100.000 millones en cajas de seguridad o en el colchón se animen a depositarlos en cuentas bancarias, y que eso engorde los encajes, y el pago del 9 de enero de haga sin problemas.

 
Pero, más allá de eso, Luis Caputo sigue remando en dulce de leche. Y, a través de crecientes liquidaciones de una cosecha récord de trigo (un cereal que sin retenciones tuvo este viernes un fuerte salto de precio en Rosario), más compras escalonadas de parte del Tesoro, se logró que en el último día de la semana el BCRA pudiera sumar reservas por nada menos que US$ 560 millones. Pero, para llegar arañando, luego de conseguir US$ 700 millones por la privatización de las centrales hidroeléctricas, el Gobierno decidió avanzar con la licitación para privatizar Transener.

Los operadores afirman que no faltan muchos dólares para realizar el pago. Descuentan que se realizará, y esperan -además- que buena parte del dinero que sea liberado vuelva a ser reinvertido en bonos largos o en Obligaciones Negociables, valores que en todos los casos prometen pagar tasas del 8% al 10% anual, para tentar a los que siguen con los dólares encanutados en el colchón, que se apolillan porque el dólar global pierde valor y porque EE.UU. también tiene inflación que deteriora el consumo.

 
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Toda esa situación armó un extraño combo, con los inversores más avezados buscando otras colocaciones, ni en plazos fijos ni en dólares. Mientras que el argentino medio, que en general no tiene conocimiento profundo sobre la evolución de los activos, sigue lanzándose de cabeza al dólar blue, que anotó este viernes un salto de $25, por lo que acumula en diciembre una suba de casi 7%, es decir tres veces lo que pagó la tasa de un plazo fijo.

 
Mientras tanto, los dólares financieros también subieron algo, pero muy lejos del blue, y los dólares oficiales están completamente planchados, como siguiendo la estrategia del Gobierno, de anclar el tipo de cambio para que la inflación empiece con 0 a partir de mayo o junio. Con ese contexto, en pleno inicio de las vacaciones y con los adelantos por vacaciones y los aguinaldos ya pagados, el blue estuvo en el centro de escena, desplazando a los plazos fijos.

Tanto es el desinterés en realizar plazos fijos en pesos que los bancos se vieron obligados a subir las tasas para que los ahorristas no se vayan al dólar o, peor, que decidan abrir cuentas en otros países y mudar sus dólares hacia otra parte. Por esa razón tuvo que subir hoy la tasa de los plazos fijos: por plata chica subió de 24% a 24,4% (bancos grandes 20,5% y bancos chicos 28%) y por plata grande subió de 32,4% a 33,7%.

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