Con la licuadora encendida.

La nueva fórmula de ajuste para las jubilaciones, anunciada por el gobierno de Javier Milei y Toto Caputo, plantea un escenario de preocupación para los adultos mayores, ya que se espera que los haberes continúen perdiendo poder adquisitivo. A pesar de estar atada a la inflación, se estima que los ingresos de los jubilados sufrirán una pérdida del 26%.

La medida ha generado diversas reacciones y movilizaciones, dado que implica un recorte significativo en los ingresos de los jubilados. A pesar de los intentos de compensación por parte del gobierno, se estima que los haberes continuarán por debajo de la línea de pobreza y perderán su poder adquisitivo en comparación con años anteriores.

El ministro de Economía, Toto Caputo, admitió que el aumento previsto será menor que la inflación acumulada, lo que aumenta las preocupaciones sobre el impacto negativo en los jubilados. Aunque se han anunciado compensaciones, la incertidumbre persiste sobre si estas serán suficientes para garantizar un nivel de vida digno para los adultos mayores.

La nueva fórmula establece un ajuste trimestral basado en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), con la posibilidad de compensaciones adicionales en caso de que la inflación supere cierto umbral. Sin embargo, expertos advierten que esta fórmula puede no ser suficiente para proteger los ingresos de los jubilados en un contexto de alta inflación y creciente precarización económica.

La implementación de esta nueva fórmula de ajuste para las jubilaciones plantea importantes desafíos y genera preocupación entre los adultos mayores y la sociedad en general. La pérdida del poder adquisitivo de los haberes jubilatorios es una cuestión que requiere una atención urgente por parte de las autoridades para garantizar la dignidad y el bienestar de los jubilados.