Muy cerca de la depresión

La producción y el consumo caen a ritmos de dos dígitos, los salarios reales siguen bajando y el desempleo está en ascenso.

Economía..
one-of-several-versions-of-the-painting-the-scream-by-the-news-photo-1645023194

La economía no se encuentra simplemente en recesión, que es una etapa habitual dentro de los ciclos económicos, sino en hiperrecesión. Esto implica caídas interanuales de dos dígitos en varios sectores productivos y de servicios. Existe la posibilidad de caer en una depresión si no se detiene esta caída con un cambio brusco en la política económica.

Actualmente, no se vislumbra un cambio significativo en la dirección de la política económica, lo que aumenta el riesgo de adentrarse en una dimensión desconocida para una economía que ha enfrentado varias crisis en las últimas décadas, pero ninguna con las características de una depresión autoprovocada.

Para superar la recesión o salir de la hiperrecesión, se están utilizando herramientas conocidas de política económica contracíclica, con diferentes niveles de gradualidad.

Sin embargo, el escenario de una depresión económica requiere salir del enfoque tradicional y demanda una intervención estatal aún más potente para revertir un cuadro de destrucción generalizada del entramado productivo, laboral y social.

La economía está siendo liderada por el presidente Javier Milei, quien se jacta de tener cinco hijos-perros. Las políticas actuales están llevando a la economía al borde del abismo.

Para entender lo que implica una depresión económica, podemos observar el colapso de la actividad económica en los primeros meses de la pandemia. Sin embargo, esta vez, la caída se está provocando deliberadamente mediante una serie de medidas económicas.

En 2020, se implementaron programas estatales excepcionales para proteger la demanda y la oferta. Se entregó dinero directamente a casi 10 millones de personas a través de tres rondas del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). Además, se otorgó ayuda directa a las empresas para pagar salarios mediante el programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), evitando así la destrucción del tejido productivo y laboral.

Estas medidas, junto con otras iniciativas de alivio impositivo y crediticio, permitieron que la economía experimentara una rápida recuperación, dibujando lo que se conoce como una "V" en la variación de la actividad económica.

Sin embargo, en la actualidad, no se observa ninguna señal de preocupación por parte del Gobierno sobre los ingresos de la población y la actividad económica en general. Por el contrario, están llevando a la economía hacia el abismo con una convicción absurda.

Javier Milei, quien ha asumido públicamente el papel de ministro de Economía en las últimas semanas, ha sumido a la economía en una hiperrecesión y, si continúa por este camino, la llevará a la depresión. Esta sería una tragedia para la sociedad, ya que en los últimos 50 años, ninguna crisis ha alcanzado el nivel de una depresión autoprovocada.

La historia económica mundial muestra que las depresiones solo pueden superarse con un enfoque keynesiano, no con más ajuste regresivo ni con la obsesión de lograr el superávit fiscal a toda costa. Incluso Domingo Cavallo, a quien Milei considera el mejor economista de la historia argentina, advierte que perseguir ese objetivo en el corto plazo sería una exageración, dada la inmensa carga que implica dicho ajuste para la actividad económica.

El verdadero ministro de Economía

Milei ha asumido públicamente el papel de ministro de Economía en las últimas semanas, desplazando así a Luis Caputo a un simple secretario con habilidades para las redes sociales y la emisión de deuda pública. Esta acción está erosionando una pieza clave del complejo rompecabezas del control del poder político, ya que carga la culpa del fracaso sobre el ministro actual y renueva las expectativas sociales con uno nuevo.

¿Qué forma tomará la evolución de la economía?

En general, los economistas argentinos desconocen cómo abordar un cuadro de depresión económica y, en particular, cómo identificar los factores que la provocan. El riesgo de que la economía evolucione en forma de "I" en lugar de en forma de "V", "U" o "L" radica en minimizar la importancia de leyes económicas básicas.

Los indicadores económicos están apuntando hacia una forma de "L" en la evolución de la economía. La actividad industrial, por ejemplo, ha experimentado una caída del 9,7% en marzo, acumulando así un retroceso del 9,4% en el primer trimestre del año. Esta tendencia a la baja se ve reflejada en varios sectores, como la automotriz (-29,4%), el de la construcción (-40%), y la siderúrgica (-44,2%).

Además, se está observando un impacto negativo en el mercado laboral, con una caída del empleo registrada en enero y una pérdida del poder adquisitivo reflejada en menores niveles de ventas en supermercados.

En resumen, la economía está atravesando una situación dramática, con caídas de dos dígitos en varios sectores y un aumento del desempleo. Esto es lo que se conoce como una depresión económica, y ha sido causado en gran medida por las políticas implementadas por el actual Gobierno.

El experimento libertario de Milei está llevando a la economía al borde del abismo, y si no se toman medidas urgentes para revertir esta situación, la economía argentina podría enfrentar una crisis aún más profunda en los próximos meses.

Te puede interesar
Lo más visto
Desarrollo de Cuatro Lineas ©