El Gobierno de Milei devaluó a jubilados y asalariados, pero quiere que trabajen más a contramano del mundo

El presidente anunció que Argentina va hacia una desregulación económica y laboral. En el mundo ya se avanza en una reducción de la jornada de trabajo.

Actualidad08/10/2025REDACCIÓN 4LREDACCIÓN 4L
Captura de pantalla 2025-10-08 072446

El Gobierno de Javier Milei imagina extender la edad jubilatoria a los 70 años y una reforma laboral con jornadas que promedien guardias activas y pasivas, según las necesidades empresarias, cuando en distintos países ya se experimenta con la semana de 4 días y hasta se habla de llegar, a 3 por las mejoras comprobadas en la productividad y la salud de los trabajadores.

A pesar de las pruebas que se realizan en otras partes con semanas laborales de 4 días, una reducción de jornada a solo tres días parece estar bastante alejada de las posibilidades en Argentina.

El horizonte político y legislativo es lo bastante incierto como para plantear un avance en esa dirección.

Aún así, el presidente Javier Milei afirmó en la Bolsa de Comercio de Córdoba que “se vienen la reforma tributaria, la reforma laboral y mucha desregulación económica... vamos hacia un mercado laboral más desregulado”.

Más específico, el ministro de Economía, Luis Caputo, dio a fines de junio, en el Congreso Somos Pymes, algunos de los fundamentos de la iniciativa que se está “cocinando”: “El daño que está haciendo la actual estructura laboral es indignante. No podemos normalizar que la cantidad de empleadores no crezca desde 2007, que sigamos en 540.000 empleadores. No podemos normalizar que el empleo no crezca desde 2011. La reforma laboral es algo fundamental”.

Las tecnológicas muestran el camino
En países como el Reino Unido, Islandia o Japón, las grandes compañías tecnológicas y startups comenzaron a experimentar con semanas laborales reducidas, a través de programas pilotos donde se trabajaron cuatro días en lugar de cinco.

Y si bien dieron como resultado una mayor satisfacción y motivación de los empleados, menor nivel de estrés y agotamiento, productividad igual o superior, incluso con menos horas de trabajo, menor rotación de personal y mejor retención de talento, en una Argentina aún sindicalizada y con patronales que se siguen manejando con conceptos arcaicos de productividad la solución parece muy distante.

Tampoco el desarrollo efectivo de la inteligencia artificial y los avances tecnológicos que aparecen en el tránsito a una transformación digital están lo suficientemente asentados como para acelerar un debate sobre cómo distribuir mejor el tiempo y equilibrar trabajo con vida personal.

Esa ecuación por ahora está instalada únicamente en el speach de las consultoras laborales.

Es cierto que en la pospandemia se pasó del confinamiento y el trabajo online a un híbrido que lo alterna con presencialismo, en una proporción de 3 a 2, en la mayoria de los casos.

Y asimismo que las nuevas generaciones están empujando cambios basados en la metodología del trabajo por productividad y en la implementación de modelos más flexibles en formatos híbridos y teletrabajo.

Las leyes son barreras
Pero la traba principal para la instrumentación es que la ley no establece un mínimo de días de trabajo, sino un máximo de 8 diarias y 48 semanales, con lo que en la práctica sería posible trabajar solo tres días a la semana, siempre y cuando no se superase el tope de horas.

La cuestión pasa, en consecuencia, por la mantención del mismo salario si se reduce la cantidad de días trabajados en una relación laboral.

Los convenios
Los convenios se rigen por normas como la Ley de Contrato de Trabajo y la Ley de Jornada de Trabajo, por lo que cualquier cambio que implique bajar la carga horaria sin modificar la remuneración requeriría primero modificar la legislación.

Lo mismo aplica a beneficios vigentes, como aguinaldo, vacaciones o aportes jubilatorios, que deben dejarse al margen de la recortes proporcionales a la disminución de las horas trabajadas.

Especialistas en temas laborales advierten que "no necesariamente tiene que haber una reforma general para todos los sectores. 

Que sería posible a través de acuerdos sectoriales, por industria y mediante convenios colectivos específicos.

En el país es bastante común que ciertos sectores tengan sus propias normas y condiciones negociadas, y eso podría incluir una reducción de jornada sector por sector.

Cambios estructurales
Por el momento, el eje  de los cambios estructurales en el régimen laboral argentino que impulsa el Gobierno pone especial énfasis en el sistema de fondo de cese laboral, o sea, en los despidos.

A partir del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 y su incorporación parcial en la Ley de Bases 27.742, se introdujeron nuevas alternativas de contratación y mecanismos de indemnización, con la meta de flexibilizar el mercado laboral y fomentar la registración. 

Te puede interesar
Desarrollo de Cuatro Lineas ©